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Trastorno por consumo de sustancias y enfermedades mentales

Los trastornos por consumo de sustancias afectan el cerebro, generando efectos directos sobre el sistema nervioso central, y ocasionando cambios específicos en su función y estructura.


Esto provoca comportamientos compulsivos que debilitan la capacidad para controlar impulsos, además de modificar las necesidades y los anhelos normales de la persona remplazándolos por prioridades nuevas relacionadas con la búsqueda y el consumo de sustancias a pesar de sus consecuencias nocivas.


Entre los síntomas de los trastornos por consumo de sustancias podemos encontrar afectaciones en diferentes esferas del individuo, que comprometen su calidad de vida, su salud física, psicológica y su funcionamiento social, por ejemplo:

  • En la esfera conductual puede existir disminución del rendimiento, problemas con frecuencia, usar sustancias en situaciones que representan un peligro físico, por ejemplo mientras conduce u opera una máquina, actuar a escondidas o de manera sospechosa, manifestar cambios en el apetito o los patrones de sueño, exhibir cambios sin explicación en la personalidad o la actitud, demostrar cambios en el estado de ánimo, irritabilidad o estallidos de ira, pasar por períodos inusuales de hiperactividad, agitación o aturdimiento, no tener motivación, mostrarse temeroso, ansioso o paranoico, sin razón alguna, etc.

  • En la esfera física puede existir inyección conjuntival, pupilas de tamaño anormal, pérdida o incremento de peso, deterioro del aspecto físico, olores inusuales en el aliento, el cuerpo o la ropa, temblores, habla inarticulada o coordinación atrofiada, etc.

  • En su esfera social puede existir cambio repentino de amigos, lugares favoritos de reunión y pasatiempos, problemas legales vinculados con el uso de sustancias, necesidad de dinero sin explicar o problemas financieros, uso de sustancias incluso a pesar de que generan problemas en las relaciones, etc.

Muchas personas que padecen de algún trastorno por consumo de drogas también pueden llegar a sufrir otras enfermedades mentales, de la misma forma que a personas a quienes se les diagnostica un trastorno mental muchas veces se les diagnostica también un trastorno por consumo de drogas. Por ejemplo, cerca de la mitad de quienes sufren de una enfermedad mental también sufrirán de algún trastorno por consumo de drogas en algún momento de su vida. Los problemas por uso de sustancias se observan más frecuentemente asociados a ciertos problemas de salud mental, entre los que se incluyen:

  • Depresión

  • Ansiedad

  • Esquizofrenia

  • Trastornos de personalidad

  • Trastornos de conducta.

Hay factores de riesgo comunes que pueden contribuir tanto a la enfermedad mental como al trastorno por consumo de sustancias. La investigación sugiere que hay muchos genes que pueden contribuir al riesgo de que se presenten los dos problemas. Por ejemplo, algunas personas tienen un gen específico que las expone a un mayor riesgo de padecer una enfermedad mental como adultos si consumieron marihuana con frecuencia en la niñez o adolescencia. Los factores ambientales, tales como el estrés o el trauma, pueden causar cambios genéticos que se transmiten de generación en generación y pueden contribuir a que se presente una enfermedad mental o un trastorno por consumo de sustancias.

Se han identificado ciertos estados de salud mental como factores de riesgo para el trastorno por consumo de drogas. Por ejemplo, algunos estudios sugieren que las personas que sufren una enfermedad mental pueden usar las sustancias o el alcohol como manera de automedicarse. Además, cuando una persona comienza a padecer una enfermedad mental, los cambios en el cerebro pueden aumentar el efecto gratificante de las sustancias, y así la persona queda predispuesta a seguir consumiendo la droga. También el consumo de sustancias puede modificar el cerebro en formas que hacen que la persona sea más propensa a padecer una enfermedad mental.

El tratamiento debe ser multidisciplinario y abarcar diferentes esferas de la vida del paciente. La alta relación entre el trastorno por consumo de sustancias y otras enfermedades mentales requiere una estrategia integral que identifique y evalúe ambos problemas. Al inicio se debe hacer una valoración médica completa, que incluya historia clínica detallada del paciente, examen físico y estado nutricional. Se debe incluir un arsenal completo de intervenciones como la psicoterapia individual, familiar, psicosocial y farmacología, ya la presencia de trastornos psiquiátricos y de consumo de sustancias se ha asociado con niveles más altos de disfunción y peores resultados del tratamiento que los asociados con cualquiera de estas afecciones de forma aislada.

Referencias:

  • National Institute on Drug Abuse.

  • Mental Health, U.S. Department of Health & Human Services.

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